sábado, 9 de febrero de 2008

Etapa 09: De Villanueva de Arakil a Zudaire

Con esta etapa vamos a entrar de nuevo en zonas de montaña, apartados ya de la incidencia urbana de Pamplona que tanto ha pesado en nuestra etapa anterior, repetida para hacerla más agradable a quien esté interesado en ello. En esta ocasión seguimos contando con la agradable compañía de Arantza y Juanjo.

La infraestructura a estas alturas resulta algo complicada, sin embargo lo hemos resuelto muy satisfactoriamente gracias, una vez más, a la desinteresada colaboración que nos ha prestado Juanjo Beaumont. El viernes un amigo suyo que tiene una vivienda en Zudaire, y del que más tarde hablaremos, subió con el vehículo de Juanjo a Zudaire para facilitarnos la vuelta. Unos desde Donostia y yo desde Getxo, quedamos a los ocho menos cuarto de la mañana en Alsasua, dejando un vehículo allí y continuando con el otro hasta Villanueva de Arakil, donde habíamos quedado con Juanjo y Arantza, que a su vez habían venido desde Pamplona en autobús. Por cierto que tuvimos la desvergüenza de hacernos esperar desde la siete y media de la mañana, aún así, les encontramos con buen humor y excelente disposición.

El día estaba anunciado como totalmente despejado con temperaturas no superiores a los 15 º fenomenal para nuestro cometido, sin embargo a ratos el fuerte viento sur produjo que el efecto climático fuese más bien frío, cosa que se pudo superar con una prenda más encima. Muy buena jornada para andar, con suelo seco y con poco barro en todo el recorrido.

Iniciamos pues la jornada en Villanueva de Arakil - Hiriberria (448 metros) desde la gasolinera a donde habíamos llegado en la etapa anterior, tomando al poco rato dirección W en sentido contrario al pueblo de Satrústegui y, pocos metros más adelante S, en dirección al macizo de la Sierra de Andía que divisamos perfectamente. Durante un buen trecho del recorrido y por frondoso bosque de robles y encinas, vamos subiendo paralelos a la "regata Berama", por senderos que en ocasiones se pierden totalmente pero que podemos seguir gracias a que Carlos los había estado recorriendo con anterioridad al objeto de facilitar esta parte de la etapa. Vamos subiendo constantemente sin demasiado esfuerzo pero sin descanso hasta alcanzar una confluencia de pistas (909 metros) procedente de los pueblos de Irañeta e Ihabar; a partir de este punto el camino está perfectamente definitivo y discurre por una zona rocosa de fuerte carácter montañero, ofreciendo una subida bastante aérea en algunos tramos y de singular belleza en su conjunto. Desde aquí, el valle que hemos dejado abajo se ofrece grandioso y verde, pudiendo contemplar los diversos pueblos que se encuentran en esta zona, así como toda la Sierra de Aralar enfrente de nosotros.

Sin más complicaciones llegamos al Puerto de Irañeta (1.271 metros) donde el viento nos obliga a abrigarnos y desde donde ya podemos contemplar una gran parte de la Sierra de Andía por donde vamos a caminar. A nuestra derecha se aprecia en todo su esplendor la Sierra de San Donato, así como la ermita que en el conocido monte Beriain se erige en honor a los santos Donato y Kaietano, y que vamos a poder contemplar desde diversos ángulos por buena parte de nuestro recorrido. Si bien esta zona se concreta por la total ausencia de arbolado, el conjunto paisajístico de la misma es francamente agradable, y caminar por estos parajes resulta muy reconfortante con buen piso de tierra y rocas de reducido tamaño.

Sin apenas perder altura llegamos sin dificultad alguna a los Altos de Goñi (1.265 metros) donde hacemos una breve parada para reponer fuerzas y contemplar con más detalle el precioso paisaje que nos rodea. Nos hemos cruzado con algún que otro montañero en sentido contrario al que llevamos y el día está resultando como estaba previsto, soleado y con temperatura excelente para andar.

Por terreno abierto vamos realizando un suave y largo descenso con algún que otro promontorio elevado en nuestro camino, hasta llegar a la Balsa de Ikomar (1.030 metros) por cuyo lindero pasamos cruzando el camino que llega hasta el lugar. Nos encontramos en medio de nuestro recorrido con un vehículo aparcado, lo cual nos da pie para decir que se trata de un hito que alguien ha colocado, ya que no existe ninguna referencia más del track que estamos siguiendo. Al poco de dejar la balsa, nos adentramos por zona más boscosa con la presencia de hayas y robles de gran envergadura y con un suelo repleto de hojas que hacen que esta parte del recorrido resulte muy reconfortante y de enorme belleza. Vamos a seguir disfrutando de estos bosques durante un buen trecho hasta divisar la carretera NA-120 que cruzamos por el lugar donde en su día se encontraba la Venta de Zunbeltz (859 metros); esta carretera une Lizarra-Estella con Etxarri Aranaz por el Puerto de Lizarraga, sirviendo a su vez de divisoria entre las sierras de Urbasa y Andía.

En Mendikat se menciona: "El diccionario de Madoz habla sobre Zunbeltz diciendo "... Tiene un edificio bastante capaz, con una venta contigua de gran consuelo para los viajeros; una iglesia (Nstra. Sra. de los Nieves), y una fuente…"Hasta este término de Zunbeltz llegaba el camino real mandado construir por D. Carlos entre los años 1836 y 1838 para el trasporte de la artillería dando comunicación entre las tierras de Estella y La Sakana."

A partir de Zunbeltz tomamos un camino entre arbolado que en rápido ascenso nos lleva hasta la cima del Ulantz (1.243 metros) en el término de Dulantz, donde hacemos una parada más seria para reponer fuerzas. Entre Juanjo y Arantza logran poner en entredicho nuestros criterios montañeros sobre alimentación puesto que, mientras los cuatro restantes vamos provistos de frutos secos, fruta, galletas, chocolate y bebidas isotónicas que solemos tomar sin demasiado tiempo de parada, estos dos van provistos de bocadillos de tortilla, jamón, chorizo, queso, buena bota de vino y…¡café caliente en un termo!, un verdadero escándalo para nuestros principios. Decir que al final no hemos podido resistir a la tentación y hemos aceptado su invitación.

Por fin continuamos nuestro recorrido siguiendo la dirección de una pared de piedra que nos introduce en otra zona boscosa y al poco tiempo nos sitúa en un precioso mirador (1.100 metros) desde el cual podemos ya contemplar todo el valle de "las Ameskoas", que se trata, según la Gran Enciclopedia de Navarra de toda "una depresión alargada del Oeste al Este en el sentido de las grandes estructuras geológicas situada al pie de la cornisa meridional de la Sierra Urbasa, conocida como Améscoa… El río Biarra o Uyarra corre en dirección Oeste-Este, paralelo a los ejes de las Sierras de Urbasa y Lóquiz, desde su nacimiento al Oeste en Contrasta, Alava. Otro río conocido que pasa por el valle es el Urederra… La Améscoa originaria o vieja, "Améscoazarra"- se extendió también en el siglo XVI al denominado hasta entonces valle de Arana. De aquí el plural de Améscoas… Las Améscoas se reparten administrativamente en cuatro municipios: Larraona, Aranache, Eulate los tres en la Améscoa Alta y Améscoa Baja municipio de categoría administrativa, compuesto por los lugares de Artaza, Baquedano, Baríndano, Ecala, Gollano, San Martín, Zudaire (capital del municipio) y el caserío de Urra.

Continuamos el descenso por una pista que no ofrece ninguna dificultad y que discurre entre hayas, encinas y algún que otro roble de enormes dimensiones; a estas alturas del recorrido el boj también ha hecho acto de presencia. En nuestro camino podemos apreciar, más abajo y a nuestra izquierda, la localidad de Urra que da lugar a este apellido y de la que se menciona que… "Con categoría histórica de caserío, Urra es una de las localidades más conmovedoras de Tierra Estella. De su caserío, sobresale el magnífico Palacio de Urra y la Iglesia de La Asunción". Verdaderamente el conjunto monumental visto desde nuestra atalaya, resulta de enorme vistosidad. Sin más llegamos al pequeño pueblo de Artaza (625 metros) que cruzamos para dirigirnos hasta Barindano (530 metros) por un bonito sendero que nos evita desplazarnos por la NA-7186 y que cruza por medio del camping existente en esta localidad, por cierto muy bien montado y en pleno proceso de renovación. Poco antes de llegar a Barindano debemos cruzar un puente medieval sobre el río Urederrra, cuyo nacedero próximo a Baquedano merece ser visitado por la vistosidad del lugar y colorido de sus aguas.

Hemos llegado a Barindano y nos está esperando Agustín, el amigo de Juanjo. Tomamos un pequeño atajo evitando la carretera y sin más dificultades acabamos nuestra etapa de hoy en el pueblo de Zudaire (55 metros) el cual, como se ha comentado, ejerce de capital de este municipio. De su página en Internet se pueden sacar algunos comentarios de interés : "Zudaire, junto con el resto de pueblos lindantes, formaron el valle de Améscoa (ahora Améscoa baja), del que encontramos los primeros documentos en el ámbito religioso. Estos, hablan de Améscoa allá por el año 1.007 como integrante de la Iglesia de Pamplona en un documento de Sancho el Mayor, por el que se restauraba ésta sede episcopal. No obstante, los primeros indicios del valle parten del poblado de Amescoazarra, el cual no cabe duda que fue muy anterior a ésta fecha. Algunos historiadores atribuyen a este valle el ser la cuna de los primeros señores de Navarra, fundadores de la monarquía. Según el Príncipe de Viana, en Amescoazarra fue aclamado primer Rey de Navarra García Ximénez, señor de Améscoa y Abárzuza… A los habitantes de algunas zonas de Las Améscoas les fueron asignados por Juan II fueros especiales para garantizar la defensa del valle, debido a que "las tierras castellanas los exponían a defenderse en esta zona de las incursiones enemigas, no escasas por desgracia". Estos privilegios fueron aprobados por las Cortes de Olite y confirmados por la reina doña Magdalena en 1.480."

La jornada ha resultado muy bonita y la travesía notable por la belleza del paisaje y el recorrido en sí, que resulta recomendable para cualquier montañero. Hemos realizado una etapa de casi 37 kilómetros, con un desnivel acumulado de 1.337 metros, habiendo empleado para ello nueve horas incluyendo las paradas.

Una vez en Zudaire Agustín, el amigo de Juanjo, nos ha invitado a su casa presentándonos a Arantza, su mujer. En una sala muy acogedora, con chimenea baja que daba ambiente rural, Arantza se ha destapado con servirnos una sopa calentita de chuparse los dedos, una ensalada mixta que entraba sola, un bacalao al ajoarriero hecho por Juanjo en su casa, queso y membrillo casero, todo ello regado con buen vino. Después nos hemos trasladado al conocido restaurante Casa Faustina , que se encuentra enfrente de su casa, donde hemos tomado unos cafés y los correspondientes "chupitos" de licor… ¡todo exquisito y de puro vicio!. Gracias a los anfitriones por su atención y a Juanjo por su bacalao.

A Arantza le ha venido a buscar desde Pamplona su hija, y a nosotros nos ha llevado Juanjo hasta Alsasua, donde hemos cogido el coche que habíamos dejado. Carlos y Juanjo han seguido hasta Villanueva de Arakil, y los demás a Getxo pasando por Beasain para dejar a los dos "giputxis" restantes. Todo perfecto.

Desniveles
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